
EL COFRE DE VOLUNTAD. Piensa intensamente en lo que quieres. Pregúntate:"¿Lo deseo de verdad? ¿Lo quiero para mi bien?". Si la respuesta es positiva, escribe en tu papel tu deseo y escóndelo en una cajita: será el cofre de tu voluntad. Cada vez que topes con un obstáculo o una contrariedad, relee tu propósito en voz alta. De vez en cuando abre la caja y observa el papel como si estuvieras mirando una parte importante de ti mismo: la voz de tu voluntad, el eco de tu corazón. Si la intención que tenías te ha dejado de interesar, exprésalo en otro papel y luego quémalo. Miralo atentamente mientras arde, como si este gesto te aportara una profunda sensación de liberación.
ENTRÉNATE EN LA RENUNCIA. Reflexiona sobre algo de tus hábitos diarios: los tres o cuatro cafés que te tomas, el paquete y medio de cigarros, la televisión siempre prendida, puedes entrenar tu voluntad renunciando cada día a una de estas rutinas. De esta forma romperás el circulo vicioso de las costumbres, tu voluntad se reforzará y más tarde podrás lograr aquello que te propongas.
DATE PRISA...DESPACIO. Aprende a observar con atención lo que haces apresuradamente. Por ejemplo, levantarte cada mañana a una hora concreta, ducharte, vestirte, desayunar...Ahora, haz todas estas operaciones, de diferente manera, con consciencia y precisión, a buen ritmo, pero sin ningún tipo de agobios, como si te observaras desde el exterior. El resultado será una mayor eficacia y el descubrimiento de nuevos placeres, que ni siquiera sabías que existían.
NO DEJES LAS COSAS A MEDIAS. No abandones, inacabado, un proyecto que te importa de verdad: realiza el propósito en que has invertido energías. Aunque los resultados se hagan esperar, confía en tu voluntad: puede ser necesario más tiempo del que has previsto para lograrlo y quizás tengas que hacer pequeños reaajustes frente a las trabas que vayan surgiendo, pero seguro que, si no abandonas finalmente el propósito se culminará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario