miércoles, 26 de agosto de 2009

SÉ QUIEN QUIERES SER



Nuestra fuerza interior es lo único que realmente tenemos. Conectando con ella nos descubriremos seres vivos, libres, perfectos y en armonía con el universo.

Si quieres cambiar algo en tu personalidad, usa tu fuerza interior.

TU IMAGEN ESTÁ EN TU MENTE.- Tu confianza tus dotes, tus miedos y tus hábitos son manifestaciones físicas de lo que piensas de ti. Planta en tu pensamiento las semillas de quien quieres ser y crearás realidad.

CONFÍA EN TUS CAPACIDADES.- Inicia un proceso de afirmaciones que reflejen confianza en ti mismo y fe en tus capacidades sin límite. Lo piensas y hablas sucede.

CÉNTRATE EN LO QUE DEFIENDES.- No pienses en lo malo que crees que debes de cambiar en ti, sino en lo que deseas ver aumentado. Concéntrate sólo en tus intenciones.

MANTÉN TU PROPÓSITO.- Cuando vivas con un propósito y des de ti mismo con gozo, tu personalidad reflejará esa inspiración. Recuerda que tu personalidad no te la ha dado tu familia, ni tu cultura: TU LA HAS CREADO.

GUÍATE POR TU INTUICIÓN.- Piensa en este diálogo: "Soy capaz de bailar si quiero", "No, siempre has sido torpe". El "yo" es la intuición, y el "tú" la experiencia "racional" que te limita. Oye tu voz interior: te ofrecerá la oportunidad de manifestar capacidades que no sabes que posees.

OLVIDA TUS LIMITACIONES.- De niño te chupabas el dedo o pegabas a tu hermano pequeño. "Ya no lo hago". Lleva esta frase a tu conciencia y confía en tus recursos para aprender lo que vas necesitando cada día.

ACTÚA COMO SI.- Aunque estés convencido de que tienes miedo a la gente, eres torpe o enfermizo, empieza a actuar como si fueras una persona desenvuelta, avispada o sana. Crea esa imagen en tu mente y luego actúa conforme a ella.

viernes, 21 de agosto de 2009

SOLO POR HOY



Sólo Por Hoy trataré de pasar el día, sin esperar resolver el problema de toda mi vida en un momento.

Sólo Por Hoy seré feliz. Esa verdad que dijo Abraham Lincoln: ”Casi todo el mundo es tan feliz como se lo propone”, hoy lo pondré en practica.

Sólo Por Hoy me ajustaré a lo que es, sin tratar de amoldar la realidad a mis deseos. Tomaré la vida “como venga” y me adaptaré a ella.

Sólo Por Hoy trataré de soltar las riendas y entregárselas a mi Poder Superior, dejaré de querer controlar los acontecimientos como si todos fueran mi responsabilidad.

Sólo Por Hoy tendré un programa a seguir. Trataré de desprenderme de dos plagas: La Prisa y La Indecisión.

Sólo Por Hoy seré agradable. Me mostraré lo mejor que pueda, vestiré apropiadamente, hablaré en voz baja, actuaré cortésmente, trataré de no criticar, de no encontrarle faltas a nadie ni a nada y trataré de no superar ni dirigir a nadie más que a mi mismo.

Sólo Por Hoy me tomaré media hora de calma para mi mismo, estaré sin tensión. En algún momento, durante esa media hora, trataré de pensar en una mejor perspectiva para mi vida.

Sólo Por Hoy no tendré miedo. No sentiré miedo de disfrutar de lo que es bello y creeré que soy merecedor de las bondades de la vida.

Sólo Por Hoy trabajaré incansablemente en mi recuperación teniendo como meta mi crecimiento personal y la Paz Interior.

miércoles, 5 de agosto de 2009

LA METAFISICA DEL AMOR, PARTE II



El amor descendió sobre la sombra y la inconciencia, dispersándose, diluyéndose en el seno de la noche insondable ; y entonces comenzó el despertar y el ascenso de la conciencia, la formación de la materia y la evolución cósmica.

El amor tiene múltiples formas de manifestación. De hecho sus expresiones son infinitas. Quienes han desarrollado su conciencia lo suficiente pueden percibirlo incluso en la tierra y en la piedras. Más fácil aún es sentirlo en las plantas y animales. En el hombre se descubre en múltiples modos que van configurando su destino luminoso. El amor es el más tangible signo de la Gracia del Absoluto por la tierra y cada ser refleja su pujanza, según su capacidad y receptividad espirituales.


El amor es el ímpetu que está presente, aunque El amor es el ímpetu que está presente, aunque al principio de la evolución de un modo oscurecido y debilitado, en todos los movimientos de la naturaleza física y vital, como aquello que empuja hacia la agrupación, hacia la unión. Y dicho ímpetu se traduce en el ámbito de los árboles y las plantas como la necesidad de procurarse más luz, más aire en orden a crecer. En los animales, está presente detrás del hambre, de la sed, de la necesidad de apropiación, de la procreación; y en las especies superiores en el esfuerzo abnegado de la hembra por la sobrevivencia de sus descendientes. El amor está asociado en todos los movimientos perfectivos del cosmos material sin identificarse con éste.

En el hombre, cuya significación esencial es el advenimiento del principio mental en la evolución, el amor alcanza una manifestación consciente y voluntaria. En este punto de la evolución es cuando aparece en forma diáfana en las obras de la naturaleza, una voluntad de recrear, por etapas y gradaciones, la unidad primordial, por medio de agrupaciones cada vez más numerosas y complejas. Así, la naturaleza, usando la fuerza del amor para acercar a los seres humanos rompe el egoísmo personal para cambiarlo en un egoísmo dual y con la venida de los hijos configura esa unidad más rica que es la familia. Con el transcurrir del tiempo se van formando agrupaciones más complejas aún: clanes, tribus e incluso naciones. Pero esto no concluye aquí, pues esta labor de agrupación se va efectuando en los diferentes puntos del mundo, concretándose en las diversas razas y ,ulteriormente, en la fusión de éstas entre sí.

El amor se expresa en el hombre medio como un deseo de entregarse a los demás y recibir a los demás en armonioso intercambio. Su esencia en el nivel evolutivo de lo humano consiste en una acción recíproca en la que la dicha de dar se iguala con la dicha de recibir.

Más allá de lo anterior, el amor es en su esencia una de las mayores fuerzas del universo. Una fuerza que existe por sí misma, independiendentemente de los objetos a través de los cuales se manifiesta. Dicha fuerza se expresa en todos los sitios en los que encuentra una clara posibilidad de recepción, en todos los lugares en donde encuentra una apertura hacia su movimiento.

Lo que habitualmente comprendemos como ‘nuestro amor’, considerando que es algo personal o individual no es más que la aptitud para recibir y manifestar esta fuerza universal y consciente. Pues el amor es una fuerza-consciente que lúcidamente busca su manifestación y su realización en el mundo a través de quienes escoge como sus instrumentos. Y éstos no son otros que quienes son capaces de una respuesta. En ellos el amor intenta realizar su propósito eterno.

Puesto que el amor es universal quienes creen tener una experiencia propia, personal del amor verdadero se equivocan, pues su vivencia no es más que una ola del infinito océano del amor universal.

El amor es una expresión divina: las deformaciones que vemos de él en el mundo son producto de la inconciencia de sus instrumentos.