domingo, 8 de febrero de 2009

Perdonar es evolucionar. Y no se evoluciona hasta que no se perdona...



EL PERDÓN es la clave de la felicidad, que abre puertas, une, sana heridas, libera, mitiga el dolor, devuelve las llaves de tu interior, te permite vivir en el presente, por lo tanto en la realidad. El perdón es un regalo para ti aunque se lo otorgues a otro.

Perdonar no implica negar que algo doloroso sucedió, sino buscar la verdad que yace más allá de la situación.

VIVO EN EL PRESENTE y la ofensa, en cambio, pertenece al pasado. Se que solamente si la “dejo ir” podré abrirme a la frescura de este momento, sin filtros del pasado que lo distorsionen. Sólo disfruto en paz mi presente, si no estoy encadenado por mi pasado.

Perdonar, por lo tanto :

1.- Es quitar las barreras que impiden que el amor fluya dentro de mi y hacia los demás.

2.- Es soltar las expectativas que tuviera sobre otra persona, para amarla y aceptarla como es.

3.- Es comprender en lugar de juzgar.

4.- Es reconocer que soy el director de mi vida; que soy yo quien decide cómo me quiero sentir, y no alguien ni algo fuera de mi.

5.- Es aumentar mi nivel de conciencia.

6.- Es soltar el pasado para vivir plenamente el presente.

7.- Es soltar la “ofensa” porque no me vale la pena retenerla.

8.- Vivir relaciones de amor, no de dependencia, con una clara autoestima. De esta manera reconozco que soy valioso (como tú) y que puedo dejarte ir y seguir siendo yo.

Perdonar, entonces es un proceso interior que no necesariamente ha de exteriorizarse.

Al perdonar y “soltar” dentro de mi, tanto yo como el otro quedamos liberados de una manera no por intangible menos real. De ahí que yo pueda llevar a cabo ese proceso liberador también respecto de una persona que ya murió o que no está cerca de mi.

CONSECUENCIAS QUE NOS TRAE EL NO SABER PERDONAR

La falta de perdón te ata a las personas con el resentimiento, te tiene encadenado; la falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes, el perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario.

Algunas veces llevamos con nosotros rencores por años, muy seguido reprimiéndolos de la memoria consciente, y terminamos lastimándonos a nosotros mismos más que a quienes desearíamos ajustar cuentas. No vemos lo dañino que es a nosotros mismos un espíritu que no perdona.

En su libro, “Ninguna De Estas Enfermedades”, El Doctor S.I. McMillen dice que la ciencia médica reconoce que las emociones, tal como el miedo, la envidia, el resentimiento y el odio son responsables por la mayor de las enfermedades. Se estima que del 60 a 100 por ciento son responsables por las enfermedades.

En una ocasión, un paciente muy asombrado su doctor le dijo: “Si no cortas tus resentimientos, Yo tendré que cortar parte de tu conducto intestinal.”

Afortunadamente, el hombre tomó el consejo del doctor. Él estaba nutriendo su coraje hacia un antiguo compañero de negocios. Fue a ver a este hombre, resolvieron sus diferencias, y le perdonó. Cuando regresó con el doctor, su condición física había desaparecido.

En su libro, None of These Diseases, el Dr. S. I. McMillen reportó que un espíritu perdonador nos puede salvar de, “colitis ulcerativa, bocio, presión alta, y muchas otras enfermedades” incluyendo ulceras, asma, artritis, dermatitis nerviosa y problemas del corazón todos posibles efectos del resentimiento.

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