Tenemos que eliminar de nuestro lenguaje expresiones que influyen de forma negativa en nuestro modo de pensar y en nuestra voluntad.
1.- FRASES NEGATIVAS. Expresiones como: NO PUEDO, NO SE SI SOY CAPAZ, MEJOR RENUNCIAR A TIEMPO, debilitan y erosionan nuestra voluntad, haciéndola menos eficaz y fiable.
2.- IDEAS RADICALES. Pesnamientos como CUESTE LO QUE CUESTE, EL QUE LA SIGUE LA CONSIGUE, HE DE HACERLO COMO SEA, bloquea nuestra voluntad entre cuatro paredes, que le son totalmente ajenas. En vez de dar órdenes, a la voluntad hay que saber interrogarla.
3.- PREMISAS COMPLICADAS. Una formulación compleja o indirecta de un propósito disperso la voluntad por derroteros equivocados. Hazte las preguntas que te interesen en forma clara, y directa y conscisa. Por ejemplo: ¿Deseo seguir con él en la misma situación?.
4.- CONDICIONES. Cuando nace un deseo firme, una voluntad desde lo más profundo de nuestro corazón, debe llevarse a termino. Si puedes, hazlo en el mismo momento, evitando en expresiones del tipo lo haría si... me gustaría, pero... actúa ¡YA!
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