Una de las condiciones fundamentales para comenzar a recibir es dar. Algunos aseguran que debemos de dar el diez por ciento de lo que ganamos. A eso se le conoce como diezmo; yo creo que cada quién debe dar según sus posibilidades. A veces, dar significa escuchar, acompañar, ser solidario y no tanto regalar o distribuir dinero. Da lo que los demás necesitan, no lo que tú tengas ganas de entregar para satisfacerte a ti mismo, esto aplica en todas las circunstancias.
En el amor, solemos equivocarnos ofreciendo a nuestra pareja lo que nosotros queremos entregar y cuando no recibimos la respuesta esperada, el sentimiento se convierte en rencor, inseguridad e infelicidad.
Te puedo poner miles de ejemplos en algunos te verás reflejado o a alguien que conozcas, lo importante es comenzar a tener conciencia de que para recibir hay que dar, pero hay que dar con agrado, convencida del acto que estás haciendo, obrando con gusto.
También he comprobado que el dinero que prestas o con el que pagas alguna necesidad ajena, regresa a tus manos de otra fuente.
DECRETO PARA EL DINERO:
Cuando pagues un servicio, hagas alguna compra, regreses un dinero prestado o entregues una donación, mentalmente repítete: “ Que con este bien se haga muchísimo bien y que circule y regrese a mi”. La idea es pagar con gusto y sin resentimientos. Piensa que cuando das, hay alguien que se verá favorecido y de esta forma poner a girar la rueda que más tarde te llevará a recibir.
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