martes, 28 de julio de 2009

LA FUERZA DEL PODER INTERIOR



El poder interior no es físico. Uno puede correr todos los días, hacer pesas, ir al gimnasio, pero aún así el poder interior no aumentará.


El poder interior es espiritual, y por lo tanto, está constituido por las capacidades del alma: el poder de la paz, el poder del conocimiento, el poder del amor.


Un alma poderosa es aquella que puede mantenerse estable y constante en un estado poderoso en cualquier circunstancia.



¿Cómo se debilita el poder interior?



La energía vital yace en el alma, y nosotros la ahorramos, aumentamos; la desperdiciamos o gastamos.

Cuando la gastamos el poder se reduce, tal como una batería que ha sido usada por mucho tiempo sin recargarla. Uno incurre en gasto cuando, en vez de actuar bajo los principios de paz, felicidad, amor, empieza a involucrarse en lo limitado, lo superfluo, lo negativo.



El ser es como un teléfono inalámbrico, que si no está conectado a la fuente y es utilizado repetidamente, al final del día ya no funciona. Igualmente nuestro poder se desgasta cuando estamos desconectados de la Fuente Suprema, Dios.


Para vivir, el ser necesita poder, el cual es un alimento indispensable. Pero en esto hay cosas que sí alimentan y otras que son chatarra. Lo que alimenta al ser es el amor, la felicidad, el conocimiento, la verdad, la paz, etc. Eso se puede decir que es comida nutritiva. Y la comida chatarra son el arrepentimiento, la tristeza, el enojo, la insatisfacción, la arrogancia, etc. Si comes mucho de esto te dará dolor de estómago.



Y ¿en qué árbol, o campo se pueden encontrar esos alimentos nutritivos? Hay dos fuentes: el propio ser y Dios.



Los frutos que da Dios son eternos, nunca se pudren y siempre es tiempo de cosecha. Los frutos del propio ser, a veces hay que escarbar un poco en el corazón para encontrarlos, y también son eternos y brillantes.



Y ¿dónde se encuentra la comida chatarra? Esta es más fácil de adquirir porque siempre hay quien la venda...



Entonces ¿a qué le llamamos poder?



En nuestra institución el poder está relacionado con el yoga, es decir, la capacidad de estar conectados con la Fuente de Energía, el Núcleo, el Sol de Poder: Dios.



Es tener una peregrinación espiritual constante hacia esa Fuente, y como el espacio donde se encuentra El es puro y más allá de lo limitado, se requiere volver a conectarse con esa pureza.



Ese yoga o conexión crea un campo de protección espiritual alrededor de uno mismo, donde sólo caben energías positivas. Lo negativo no puede pasar a través de ese campo. Para esto se requiere determinación.



También llamamos poder del contentamiento al poder interior. Un contentamiento incógnito, inquebrantable, que no se sostiene en apoyos temporales, sino en Un solo Apoyo (Dios).



Al final, cuando tengamos que dejar el cuerpo, es sólo éste Apoyo el que nos será útil y nos llevará de regreso a la Tierra de la Paz, al Hogar del alma. Si tenemos ese poder de independencia dejaremos el cuerpo en felicidad, estaremos protegidos.



¿Cómo lograremos quitar todo el resto de pequeños apoyos temporales?



Con amor. Cuando uno ama, uno se entrega y en su mente hay una felicidad natural, y uno se recuerda fácilmente de la persona amada. Por lo tanto, la manera fácil de sólo tener a Dios como Apoyo es amándolo, entregando todo a El, haciendo que nuestra vida sea de El. Tener la conciencia de que nada es mío, sino que yo soy un depositario, es decir, el cuidador temporal de todo.



Cuando el ser tiene este poder interior no tiene dudas sobre sí mismo, es decir, que hay una confianza plena en lo que puede hacer.



No habrá las preguntas: ¿podré?, ¿qué sucederá?, ¿seré capaz de enfrentar o tolerar? Porque sabe y siente una fuerza espiritual sin límites, una fuerza positiva, una fuerza que construye y da esperanza.


En la actualidad el mundo está en oscuridad y se ha creído que el poder se relaciona con la violencia, o el sometimiento de los demás (el que grita más fuerte, o el que golpea más duro, etc.) Y por lo tanto, siguiendo ese camino, este mundo está cerca de la destrucción.



Pero el verdadero poder, el poder espiritual, es totalmente no violento, y trae la unidad entre las personas, trae esperanza, trae felicidad.

1 comentario:

  1. Me parece buena tu sugerencia... creo que me haría bien participar en Yoga.

    Saludos,

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